Wow!!!!, me encantan los inicios de año gregorianos, porque el mundo se contagia del espíritu de la renovación y los nuevos comienzos. Como que de lo profundo de nuestro ser nacen las ganas de hacer las cosas mejor que antes y de visualizar cambios positivos en las circunstancias y experiencias de nuestro diario acontecer.
Así compramos, elaboramos o regalamos nuevas agendas!, y en ellas escribimos o dibujamos lo que a futuro queremos experimentar. Y como si la vida se tratase de un proyecto disfrutable, vamos planeando objetivos de distintas dimensiones, formas, tamaños y significados. E imaginamos todo lo que es necesario crear, para que manifestarlos en la realidad tenga un riquísimo sabor a logro.
Los sueños y deseos son ilimitados, ya sea que se trate de enamorarnos y estar en pareja, o encontrar un trabajo donde seamos reconocidos y bien remunerados por lo que mejor sabemos hacer, o bajar esos kilos de más, o subir esa autodeterminación de menos, o arrancar ese negocio que tanto anhelamos, o por fin embarazarnos, o hacer la paz con nuestras familias, o viajar alrededor del mundo, o adoptar a un ser sin hogar. O que tal comprar una casa nueva, o nutrir más nuestras relaciones de amistad añejas, o hablar otros idiomas, o perdonar y ponernos en los zapatos de los demás, o leer nuestros libros pendientes y separar la basura. Incluso plantar un árbol y liberarnos de nuestros apegos, o caminar 30 minutos al día y usar más la bicicleta, o hacer más el amor y menos la guerra, o consumir mas frutas y verduras, o cambiar el cigarro y el alcohol por 2 litros de agua al día, o pasar todos los exámenes y actuar más en verdad, o comprar un coche nuevo y donar la venta del usado a una organización con fines de emprendimiento social. Hasta aventarnos de un paracaídas y ser mas fieles a nosotros mismos, o hacer el bien sin mirar a quien, o regalar mas besos y abrazos y solamente consumir ideas que nos impliquen bienestar, o liberar a nuestr@ niñ@ intern@ y disfrutar de los eclipses y de las noches de lunas llenas en el cielo, o conocer a nuestros vecinos y depurar nuestras prioridades en las redes sociales. En fin, cualquiera que sea el deseo soñado, es la emoción de la cuenta nueva lo que nos motiva a crear!
Y, ¿qué nos garantiza que el futuro soñado no se nos escapará de las manos?, mmmmm medito un momento, y entonces digo “el regalo de la garantía está en la experiencia en sí misma, solo si logramos comprender lo que significa la parábola del huevo en la cuchara en la boca”.
¡¿Y qué significa la parábola del huevo en la cuchara en la boca?! Para hacerlo más divertido, te lo propongo como una experiencia, juega a hacerlo un día!.
Se trata de caminar una distancia considerable en un tiempo determinado de un punto A, a otro que punto que llamaremos B, con una cuchara de metal en la boca y sobre ella un huevo crudo. Y como en una especie de Rally, en el trayecto nos colocamos diferentes experiencias que pongan a prueba nuestras habilidades y talentos, como por ejemplo, servir un vaso con agua desde una jarra, escribir nuestro nombre en un papel con la mano izquierda, hacer 10 sentadillas, insertar el hilo en una aguja, pelar una papa, escribir un correo electrónico, cambiarle el pañal a un bebé, amarrarnos las agujetas de los zapatos, colorear un dibujo, preparar un jugo de naranja o un huevo estrellado, hacer un avión de papel, bailar con el ula ula (esa circunferencia de plástico que hacemos girar en la cintura), escribir una carta, planchar una camisa, destapar una botella de vino, acomodar libros en un librero, cortarnos las uñas de los pies, pasear al perro, etc., todo lo que tu creatividad te posibilite imaginar!!! La experiencia de la parábola se considera concretada si se ha caminado la distancia del punto A al punto B realizando favorablemente todas las tareas en el trayecto, llegando al punto B en el tiempo establecido manteniendo a salvo el huevo crudo en la cuchara sostenida en la boca. Tú determinas el tiempo en función de la complejidad de las tareas y de la confianza en tus habilidades y talentos para realizarlas.
Una vez que vivimos éste juego se antoja comprender que la vida en realidad es un tejido aleccionador de experiencias que va más allá de la colección de objetivos proyectados en el tiempo. En el juego, el punto A es el presente, y el punto B el futuro añorado. Como en la vida misma, cuando estamos presentes en un punto A, nuestro ser se entusiasma mirando constantemente el futuro en un punto B para motivar a nuestros pasos, y moverlos hasta llegar a ese punto tan deseado. Y si tenemos el tiempo medido, nos aseguramos de que nuestros pasos sean los más rápidos, incluso realizando apresuradamente las circunstancias del camino. Y si somos ególatras, hasta definimos tiempos para romper nuestros propios records y hacer un alarde público de ellos. Pero cuando aparece el huevo en la cuchara en la boca, la experiencia del juego da un giro porque nos hace colocar la atención en la experiencia misma, y con ello nos regala un maravilloso significado!!!
La parábola del huevo en la cuchara en la boca significa que la vida está en el presente, en el aquí y el ahora. Significa que cuando nos dejamos seducir por la promesa de un futuro, ¡es suficiente crearnos un huevo de atención para ubicarnos! Así de simple y sencillo!
Lo apetecible de visualizar nuestra vida en el futuro, solo se antoja por la oportunidad de aprender a crearlo disfrutando atender un presente que tiene tantos sabores como experiencias posibles e imaginables. Pues lo rico de la vida es vivirla!!!
Así que cerciórate de crear un huevo de atención por cada propósito que visualices para este año nuevo, y luego nos compartes a que te supo la vida, ¿vale?…
¡Bienvenid@ al 2011, y el mejor de los éxitos en esta genial aventura!
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