Derivados allí por cuestiones de abandono o maltrato, chicos y adolescentes esperan ser adoptados
Micaela Urdinez
Fundación La Nación
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La puerta se abre y se cierra en forma permanente. Los chicos entran sin pedir permiso. Uno pide monedas para el colectivo; otro, un cuaderno para la escuela, y el resto se abalanza para hacer consultas de todo tipo.
Del otro lado, Sandra Dayan trata de dar respuesta a todas estas necesidades. Es la coordinadora institucional del hogar de adolescentes varones de la Asociación Civil Pro Niños y Adolescentes (Pronat?s). Allí viven 25 jóvenes de 12 a 18 años en situación de vulnerabilidad. Sorprende la armonía con la que funciona el hogar, como una gran familia en la que todos encontraron "su" lugar.
Los chicos llegan derivados de la Dirección de Niñez de la ciudad porque están en situación de calle, provienen de otros hogares o se encuentran en riesgo viviendo con sus familias de origen. "Todos vienen con cuadros de abandono, maltrato y vulnerabilidad. Nuestro trabajo es reparar todas estas situaciones y ponerlos, si es posible, en situación de adoptabilidad. Apuntamos a que la estadía sea lo más corta posible. En el caso de los adolescentes, buscamos el autovalimiento y que puedan armar sus propios proyectos de vida", explica Dayan.
Además del hogar para adolescentes varones, Pronat?s tiene uno para adolescentes mujeres y otro para niños de hasta 12 años. En todos ellos, el objetivo es brindar una atención integral que considere el ejercicio de sus derechos a la educación, la salud, la documentación, la recreación y, sobre todo, a ser amados.
"Lo primero que hacemos cuando llega un chico es ver cómo está compuesta su red familiar y social, ya que tratamos de revincularlos. Si la familia nuclear no funciona, intentamos con la familia extensa. Es el trabajo más intenso que hacemos", agrega Dayan. "Esta es una posibilidad diferente de trabajar con la infancia. Si alguno de estos chicos logra tener una vida diferente, mi trabajo ya vale la pena", dice.
Adrián, alias "Chino", tiene 18 años y hace cinco que vive en el hogar. Después de varias huidas de su casa y de pasar un tiempo en la calle, decidió quedarse en este hogar. "En diciembre empecé a trabajar en el Once en una construcción, como albañil, y a la noche curso el último año de la secundaria", cuenta con timidez. Los sábados hace teatro y los domingos va a visitar a su tía. "Mi idea ?cuenta? es irme de acá a algún lugar alquilado y no volver a la calle", dice con entusiasmo.
Pronat?s necesita en forma permanente alimentos no perecederos, artículos de higiene y limpieza. Para transportar a los chicos y llevarlos de excursión, necesitan una camioneta, y solicitan la donación de colchones nuevos y un freezer. Para colaborar con ellos: (011) 4501-9332 o www.hogarbsas.org.ar.