LITERATURA
KATJA LANGE-MÜLLER en Buenos Aires
Martes 23 de marzo a las 20hs.
Goethe-Institut. Av. Corrientes 319.
Entrada libre y gratuita. Con traducción
Invitada por el Goethe-Institut y la editorial Adriana Hidalgo, la escritora nacida en Alemania Oriental visita por primera vez laArgentina. En diálogo con Gabriela Massuhy su traductor Nicolás Gelormini, hablará de su vida en las dos Alemanias, su escritura y dos de sus obras Los últimos (2007) yOvejas feroces (2009).
Katja Lange-Müller nació en Alemania oriental. Radicada en el Oeste de Berlín desde 1984, comenzó a publicar su obra narrativa recién después de su exilio voluntario. Su vida es tan prolífica y desopilante como su escritura: a los dieciséis años debió abandonar el colegio por "conducta antisocialista", durante un tiempo ejerció el oficio de tipógrafa compaginando textos que la aburrían, fue redactora del diario Berliner Zeitung, utilera en la televisión germano oriental, vivió un año en Mongolia donde trabajó en la fábrica de tapices Willhelm Pieck de Ulan-Bator y, finalmente, trabajó como enfermera en la clínica psiquiátrica de la Charité de Berlín hasta que decidió exiliarse. Fue en la clínica donde comenzó a garabatear sus primeras narraciones "…como una manera de terapia, para descargar mi ira… no podía contarle ni siquiera a mi peluquera lo que se vivía en el loquero". Un detalle: su madre, Inge Lange, fue durante años una alta funcionaria del partido gobernante: diputada primero y luego miembro del Comité Central del Partido Comunista, un cargo al que accedían sólo quienes podían dar testimonio de una férrea lealtad a los lineamientos de Moscú. No obstante, su hija Katja no vaciló en abandonar el país en el que su madre era una de las mujeres más poderosas. Antes de abandonar Alemania del Este, Katja Lange-Müller estuvo brevemente casada con Wolfgang Müller, hermano de Heiner Müller, "… un personaje con el que sólo podía jugar al ajedrez para no morirme de aburrimiento. Para que le dejara el departamento en el que vivíamos, me inscribió en el Instituto Johannes R. Becher de Leipzig donde aprendí a escribir".
La obra de Katja Lange-Müller consta esencialmente de narraciones escritas en primera persona, como si fueran parte de una ficticia biografía por entregas. A lo largo de novelas y cuentos, compone una suerte de picaresca contemporánea inundada de personajes marginales, perdedores en la era del éxito, desubicados perpetuos que no se sienten en casa ya vivan de uno u otro lado del muro. Su escritura, que no evita el grotesco ni las rápidas pinceladas cercanas al comic, conforma uno de los lenguajes más elaborados de la lengua alemana contemporánea. Famosa por sus frases extensísimas, Lange-Müller confiesa que la vida es demasiado breve como para llenarla con frases cortas e indecidoras. A contrapelo de una buena parte de la literatura alemana contemporánea, Lange-Müller confiesa alejarse voluntariamente del laconismo subjetivo de autores que llenan páginas y páginas con lavadas historias de amor en Ibiza. La editorial Adriana Hidalgo ha publicado dos libros de Lange-Müller: Los últimos y Ovejas feroces. Este último, que salió en la Argentina en diciembre de 2009, estuvo durante meses en las listas de best-sellers de Alemania.
Lange-Müller es miembro de la Academia de las Artes de Berlín y obtuvo algunos de los premios más prestigiosos de su país: en 1986 ganó el Premio Ingeborg Bachmann, en 1995 el Premio Alfred Döblin, en 2005 el Premio de la ciudad de Kassel al humor grotesco, en 2008 el Premio Wilhelm Raabe, entre otros.