Por medio de esta visualización, canalizada durante un ritual de luna llena, el conductor del círculo guía a sus componentes para que armonicen sus energías y reciban la luz cósmica que posteriormente van a expandir al resto del planeta.
Colócate en una posición cómoda y cierra los ojos.
El poder de la Luna que ahora pende sobre ti comenzará a ejercer su influjo sobre tu cuerpo físico. Vas a relajarte mientras la Luna ejercerá sobre ti su influencia para ayudarte en la relajación, en la recuperación de tu equilibrio y en la transmisión de las energías cósmicas que vas a recibir.
Sois canales de luz. Es algo que no debéis olvidar. Canales de luz cósmica que atraéis la energía de sanación que el universo emite para la Madre Tierra.
Inspira profundamente y siente la pureza del aire que ahora entra en ti. Este aire recibe la energía de la Luna que ahora brilla en el cielo. Este aire está cargado de prana, de energía vital y también de energía liberadora de antiguos patrones, como el miedo, la culpa o la ansiedad.
Hazte consciente con cada respiración de que el aire que entra en ti no es un aire cualquiera.
Es un aire bendecido por los seres de luz que ahora te acompañan en este ritual, bendecido por las energías cósmicas que contemplan este trabajo sagrado que ahora estáis realizando.
Ellos energizan el aire que vais a ingerir para transformarlo en pura energía liberadora de viejos patrones y sistemas adquiridos a lo largo de la historia. Están limpiando nuestro campo aúrico y nuestro cuerpo físico para permitir que el flujo de la energía cósmica que procede del universo fluya a través de nosotros, nos equilibre y reequilibre nuestro entorno y a la madre Tierra, que posteriormente lo recibirá a través de nuestras manos.
Inspirad y sentid como el aire que absorben vuestros pulmones llega a vuestra sangre, la purifica. Vuestra sangre y vuestro ADN responden positivamente al influjo de este aire, compuesto de auténtica energía liberadora. Conforme el aire sale de vosotros, los viejos patrones salen también. Elimináis tensiones, elimináis ansiedad, elimináis el miedo, la culpa.
Cualquier emoción que hayáis traído con vosotros a este ritual va desapareciendo de vuestro ser.
Respirad una vez más y sentid la presencia en vuestro ser de esta energía liberadora. Podéis sentirla como un cosquilleo que os recorre desde las plantas de los pies o desde la palma de vuestras manos. Quizá la sintáis como una intensa emoción en el centro del pecho, en el lugar donde tenéis vuestro corazón, que es el lugar en el que habita vuestra alma. Quizá notéis el campo de fuerza que activa vuestra aura. Esta energía liberadora es también energizadora.
Ahora permitid que toda esta energía que comienza a fluir desde el cosmos a vuestro ser se expanda. Permitid que vuestro ser se expanda desde vuestro corazón al resto de vuestro cuerpo y al exterior. Os estáis convirtiendo en uno solo. Notáis la presencia del compañero que tenéis a vuestro lado cada vez más cercana invadiendo vuestro campo aúrico, mezclándose con él. Os estáis convirtiendo en uno. Sentid esta profunda emoción, la profunda emoción que genera la unión verdadera con el otro. Habéis traspasado los límites de vuestro propio ser.
Ahora el círculo se ha convertido en una unidad y continúa expandiéndose más allá de sí mismo. Llega hasta el mar, hasta los edificios, al resto de la playa que se extiende a ambos lados y continúa expandiéndose más y más allá.
La sensación de ser parte de todo cuanto te rodea es cada vez mas intensa. Eres el aire, eres el mar, eres la arena, eres el fuego. Eres la Tierra, eres el Cielo y todo aquello que lo compone.
Disfruta unos minutos de esta sensación mientras permites que la energía cósmica que en estos momentos está bajando hasta la Tierra pase a través de ti y se expanda contigo.
PAUSA
Coloca ahora tus manos sobre la arena con la intención de traspasar esta energía liberadora de viejos patrones, purificadora y energizadora a la Madre Tierra, a Gaia y al lugar en el que has realizado tu ofrenda. Dale impulso y energía a tu ofrenda con tus manos y con ella a la Tierra, y agradécele con este acto todo cuanto ella ha hecho por ti hasta el momento, y todo aquello que has pedido con tu ofrenda, con la seguridad de que lo tienes ya, porque la Madre Tierra va a concedértelo.
Ahora inspira profundamente y coloca tus manos abiertas sobre tus rodillas.
Repite conmigo:
Soy parte del todo, soy una unidad en expansión. Fluyo con las energías cósmicas que dan soporte a la Tierra y permito a mi ser que se expanda. Fluyo y me contraigo con los ciclos de la Luna en perfecto estado de equilibrio y conexión.
Ahora inspira profundamente y ve contrayendo poco a poco toda esa energía que ha ido expandiéndose a partir de ti. Vuelve lentamente a sentir la sensación de ser arena, de ser agua, de ser aire, de ser fuego. Inspira nuevamente y vuelve a contraer. La energía expandida con anterioridad regresa poco a poco de los confines de esta playa, de los edificios y del agua hasta el centro de este círculo. Poco a poco toda esa energía en expansión, que ha ido liberando de viejos patrones y energizando el ambiente por el que ha pasado, se va contrayendo y regresa a su origen, a este círculo, y de él poco a poco irá regresando al interior de cada uno de vosotros.
Inspira nuevamente y comienza a contraer tu campo aúrico y a separarlo del de los compañeros que tienes a los lados. Vuelve a sentirte uno en ti, sin olvidar la sensación de ser uno con el universo. Mantén en ti las energías purificadoras que has canalizado.
Incorpórate de nuevo a tu vida sabiendo que:
El origen de ti mismo se encuentra en tu interior.
Meditación canalizada por Alicia Sánchez Montalbán, el 6 de agosto de 2009
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