viernes, febrero 26, 2010

Estar sentado anula el efecto de la gimnasia

Sedentarismo / Conclusión de varios estudios

Estar sentado anula el efecto de la gimnasia

Permanecer varias horas al día sin movilizarse aumenta los riesgos de obesidad, enfermedad cardíaca y diabetes, entre otros

Estar sentado anula el efecto de la gimnasiaPermanecer sentado durante varias horas descalabra el metabolismo de las grasas y los azúcares Foto: Archivo

Olivia Judson 
The New York Times 

NUEVA YORK.- La silla es su enemiga.

No importa si usted sale a correr todas las mañanas, o si concurre regularmente al gimnasio. Si pasa la mayor parte del resto del día sentado -en su auto, en su oficina, en el sillón de su casa-, se está sometiendo a un riesgo mayor de obesidad, diabetes, enfermedad cardíaca, una variedad de cánceres y hasta una muerte temprana.

En otras palabras, independientemente de que usted se ejercite vigorosamente, permanecer sentado por períodos prolongados es malo para la salud.

Esa, al parecer, es la conclusión de muchos estudios recientes. De hecho, si uno considera sólo a las personas sanas que se ejercitan en forma regular, aquellas que permanecen más tiempo sentadas tienen cinturas más anchas, y peores perfiles de presión arterial y azúcar en sangre que aquellas que lo hacen durante menos tiempo.

De entre aquellas que permanecen sentadas delante del televisor por más de tres horas diarias, las que hacen gimnasia son más obesas que las que no lo hacen: estar mucho tiempo sentado parece anular algunos de los beneficios de hacer ejercicio.

Pero, entonces, ¿qué tiene de malo estar sentado?

La respuesta parece tener dos partes. La primera es que sentarse es una de las cosas más pasivas que se pueden hacer. Mascar chicle o quedarse quieto quema más calorías. En comparación con estar sentado, el permanecer parado es un trabajo duro: hay que tensar los músculos de las piernas, y acomodar los de la espalda y los hombros, o cambiar el peso de una pierna a la otra.

Y todo eso quema energía.

Una suave pendiente

Muchas personas suben de peso como si ascendieran por una suave pendiente: un kilo este año, uno y medio el año próximo. Para eso, basta con que, cada día, consuma unas 30 calorías más de las que quema. Treinta calorías es casi nada (unas pocas papas fritas o unas rodajas de banana). Sin embargo, pasar un poco más de tiempo de pie puede fácilmente hacer la diferencia entre permanecer delgado y engordar.

Uno podría pensar que no tiene mucha posibilidad de decidir cuánto tiempo pasa sentado. Pero no es cierto. Suponga que usted duerme unas horas cada día y que hace actividad física durante una hora. Esto le deja unas 15 horas de actividad. Incluso si se ejercita, la mayoría de la energía que quemará será durante esas 15 horas, por lo que habitualmente el subir de peso es un efecto acumulativo de una serie de pequeñas decisiones.

¿Usa las escaleras o el ascensor? Cuando llega a su casa, ¿se entretiene en el jardín o se sienta delante del televisor? ¿Camina hasta el negocio de la esquina o va en auto?

Un estudio realizado con médicos jóvenes que trabajaban en la misma sala mostró que algunos individuos caminaban cuatro veces más que otros (ninguno estaba gordo, pero los que caminaban más eran más delgados).

De modo que parte del problema de permanecer sentado mucho tiempo es que uno no quema tanta energía como aquellos que pasan más tiempo sobre sus pies. Esto hace que sea más fácil ganar peso, y nos hace más propensos a sufrir los problemas de salud que la obesidad conlleva.

Pero parece que existe otro aspecto más siniestro con respecto a permanecer sentado. Hay muchas evidencias que sugieren que existe una "fisiología de la inactividad": cuando uno pasa mucho tiempo sentado, el cuerpo comienza a hacer cosas que son perjudiciales.

Como ejemplo, considere la lipoproteína lipasa. Es una molécula que tiene un rol central en cómo el cuerpo procesa la grasa; es producida en muchos tejidos, incluidos los músculos. Bajos niveles de esta proteína se asocian con una variedad de problemas, que incluyen la enfermedad cardíaca.

Estudios en ratas muestran que los músculos de las patas sólo producen esta molécula cuando son flexionados en forma activa (como, por ejemplo, cuando el animal se encuentra de pie). Esto implica que cuando uno se sienta, esta parte crucial de nuestro metabolismo se vuelve más lenta. Pero no es la única afectada por la inactividad muscular. Contraer activamente los músculos produce toda una cantidad de sustancias que tienen un efecto benéfico en cómo el cuerpo utiliza y almacena las grasas.

Un estudio en personas que permanecían sentados muchas horas, pero que se toman pequeños recreos -parándose para caminar por el corredor o para estirar las piernas- tenían cinturas más pequeñas y mejor metabolismo de los acúcares y las grasas que los que se quedaban sentados durante períodos muy largos.

Algunas personas han propuesto soluciones radicales para el "síndrome de estar sentado": reemplazar los escritorios habituales por otros en los que uno deba estar parado, y equiparlos con una cinta de modo que uno camine mientras trabaja.

Otras propuestas son asegurar que el televisor sólo funcione si uno pedalea furiosamente en una bicicleta fija, o mirar televisión en una mecedora. También, deshacerse de la silla de la oficina y reemplazarla por una pelota terapéutica, que obliga a ejercitar los músculos para mantener el equilibrio.

Más allá de lo que elija, los datos son claros: cuídese de su silla.