viernes, junio 04, 2010

La ciencia contra el envejecimiento facial

Dermatología / Más de 3800 especialistas se dan cita en Buenos Aires

El mejor conocimiento de los mecanismos que se encuentran detrás de sus procesos permite tratamientos más efectivos

La ciencia contra el envejecimiento facialModelos de reconstrucción de piel desarrollados en uno de los laboratorios de L´Oreal Foto: L´Oreal
Sebastián A. Ríos
LA NACION 
Dicen los dermatólogos que hay un envejecimiento al que estamos obligados y otro al que estamos invitados. Las huellas que ambos dejan en el rostro son las mismas, pero unas son más inevitables que las otras.
"Hay un envejecimiento natural, que tiene que ver con un declinar de las funciones adaptativas del organismo en general, entre las que se cuentan las de la piel. El otro proceso es el fotoenvejecimiento, que es el daño que produce en el ADN la absorción de radiación ultravioleta del Sol, y que da lugar a un envejecimiento cutáneo más prematuro", definió la doctora Marcela Cirigliano, médica farmacóloga.
"Por eso podemos ver signos tempranos de envejecimiento en jóvenes de 30 años o menos. Arrugas, manchas en la piel y cambios en la coloración que son producidos por la exposición al sol. Aquellos que se cuidan de esa exposición pueden retardar ese proceso", agregó.
Cirigliano diserta pasado mañana en la XXVIII Reunión Anual de Dermatólogos Latinoamericanos (Radla), que reúne desde ayer en la ciudad de Buenos Aires a más de 3800 especialistas, sobre los mecanismos que llevan al envejecimiento de la piel. Un breve repaso por el programa científico de dicha reunión da cuenta de lo amplia y variada que es hoy la oferta de tratamientos para combatir los signos cutáneos del paso de los años.
"El modelo del tratamiento del envejecimiento cutáneo ha cambiado -afirmó la doctora Patricia Troielli, dermatóloga y secretaria general de la Radla-. Antes, lo que se hacía era pensar que el descenso de la piel era lo que producía las arrugas; el tratamiento, entonces, era el lifting, que estiraba la piel redundante. Hoy no se llega a la cirugía, sino que se trata de recuperar primero el volumen perdido por la contracción de los tejidos que están por debajo de la piel."
Un caso testigo es el ácido hialurónico. Su inyección en el rostro no sólo permite devolver volumen perdido. "Estimula a los fibroblastos, que son las células que producen colágeno y que con el paso del tiempo se achican y reducen su producción", explicó Troielli. Al proveer a los fibroblastos una estructura a la cual aferrarse, el ácido hialurónico reactiva la producción de colágeno.
Agregó: "Se demora el proceso de envejecimiento cutáneo, ya que permite que los fibroblastos que parecían que no podían generar más colágeno vuelvan a funcionar de manera casi normal".
Un impacto similar puede obtenerse del uso del ácido retinoico, un derivado de la vitamina A que es considera el gold standard de la prevención del fotoenvejecimiento.
"Con los años, la piel va perdiendo colágeno y los fibroblastos dejan de producirlo. Por eso, estimular la colagenogénesis rejuvenece la piel, y eso es lo que produce el ácido retinoico -comentó la doctora Rosa Flom, médica dermatóloga que también disertará en la Radla-. El ácido retinoico tiene receptores en el colágeno y en la dermis [capa media de la piel], que estimulan la producción de nuevo colágeno. Además, uno de los efectos colaterales del ácido retinoico es la descamación de la piel, y eso estimula la regeneración de la epidermis, que es la capa exterior de la piel."
Destruir para construir
Otra forma de promover la formación de nuevo colágeno es la que proponen el uso del láser y de la luz pulsada. "El láser produce un efecto calórico [termólisis] que genera una pequeña quemadura, que desencadena un proceso de reparación; al reparar la herida, el organismo genera colágeno", explicó Troielli.
Algo similar ocurre con la luz pulsada, que al ingresar en la piel es absorbida por los pigmentos de las células, lo que produce su destrucción. "Se obtienen resultados más moderados que con el láser, ya que la luz pulsada es menos agresiva."
En todos los casos, concluyó Troielli, "antes del tratamiento debe realizarse una evaluación dermatológica, ya que las mismas radiaciones que producen el fotoenvejecimiento pueden producir cáncer de piel, que diagnosticado a tiempo también tiene tratamiento".
PREVENIR Y TRATAR
  • Cuidarse del sol Es la regla número uno para prevenir la aparición prematura de arrugas y de otros cambios causados por las radiaciones ultravioletas. Usar protectores solares y evitar la sobreexposición.
  • Una alimentación saludable Los antioxidantes ayudan a contrarrestar los perniciosos efectos de los radicales libres sobre las células de la piel. Están presentes fundamentalmente en los vegetales: el tomate tiene licopeno, la zanahoria, betacaroteno y el té verde, polifenoles.
  • Acido retinoico Es la primera línea del tratamiento del fotoenvejecimiento. Es un producto tópico que se aplica en forma de gel o crema, y que estimula la formación de colágeno y regeneración de la epidermis.
  • Láser Al producir microscópicas quemaduras en la piel, desencadena mecanismos de reparación que estimulan la síntesis del colágeno.
  • Luz pulsada Es absorbida por ciertos pigmentos de las células cutáneas, lo que las destruye. Estimula la formación de colágeno, pero en forma más moderada que el láser.
  • Acido hialurónico Permite dar volumen a las regiones de la cara que lo han perdido, y al mismo tiempo estimula la producción de colágeno.
  • Radiofrecuencia Revierte sutílmente la flacidez en el rostro, al devolver una tensión mayor a los tejidos subcutáneos.
  • Terapia fotodinámica Destruye selectivamente las células de la piel que pueden causar cáncer de piel. También puede ser usada contra el fotoenvejecimiento.

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