viernes, enero 29, 2010



La obesidad


La obesidad podría aumentar desde los siete años de edad el riesgo de sufrir enfermedad cardiaca e ictus en el futuro

Un estudio confirma que las consecuencias no saludables del exceso de grasa corporal comienzan muy pronto
La obesidad podría aumentar a partir de los siete años de edad el riesgo de sufrir enfermedad cardiaca e ictus en el futuro, incluso en ausencia de otros factores de riesgo cardiovasculares como la hipertensión. Esta conclusión se recoge en un estudio de la Clínica Infantil Nemours en Jacksonville (Estados Unidos) que se publica en la revista "Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism".
Este nuevo estudio demuestra que las consecuencias no saludables del exceso de grasa corporal comienzan muy pronto, explica Nelly Mauras, responsable de la investigación. El trabajo destaca que la obesidad por sí misma se vincula con ciertas anomalías en la sangre que pueden predisponer a que los individuos desarrollen enfermedad cardiaca de forma precoz en la vida adulta, señala el investigador. Los descubrimientos sugieren que se necesitan intervenciones más agresivas para controlar el peso en los niños obesos incluso si estos no tienen trastornos asociados alsíndrome metabólico, un conjunto de factores de riesgo que elevan el riesgo de desarrollar enfermedad cardiaca, ictus y diabetes.
Los científicos querían saber si la obesidad podría aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular antes del inicio del síndrome metabólico y para ello evaluaron a más de 300 menores de entre 7 y 18 años. Todos ellos pasaron por pruebas sanguíneas en relación a marcadores conocidos para predecir el desarrollo de la enfermedad cardiovascular. Estos indicadores incluían, entre otros, los niveles de proteína C-reactiva (CRP), un marcador de la inflamación, y fibrinógeno elevado, un factor de coagulación. Los niños obesos tenían 10 veces más elevada la CRP y mayores concentraciones de fibrinógeno en comparación con los niños delgados. Estas anomalías se producían en niños obesos hasta de siete años, mucho antes del inicio de la pubertad.
El responsable del trabajo afirma que estos datos resultaban sorprendentes, ya que los niños se encontraban sanos por completo. Aunque se desconocen aún si las intervenciones terapéuticas precoces revierten los niveles de CRP y fibrinógeno, el investigador apunta que sería prudente recomendar intervenciones más agresivas para limitar las calorías y aumentar la actividad en los niños con sobrepeso. "Los médicos no suelen tratar la obesidad en los niños hasta que existen otras características del síndrome metabólico. Esta práctica debería reconsiderarse", concluye Mauras.

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