viernes, diciembre 11, 2009


Erase  una vez...  


Había  una vez una isla,  en la que vivian  todos los sentimientos  y valores del hombre: 



el  Buen Humor, la Tristeza,  la Sabiduría...  Como  también todos los demás,  incluso el Amor. 





Un  día se anunció a  los sentimientos que  la isla estaba por  hundirse. 


Entonces  todos prepararon sus  barcos y partieron.  Unicamente el Amor quedó  esperando solo, hasta  el último momento.


Cuando  la isla estuvo a  punto de hundirse, el  Amor decidió pedir  ayuda. 




La  Riqueza pasó cerca  del Amor en una  barca lujosísima y  el Amor le dijo:
  “Riqueza, ¿me puedes llevar contigo?”

"No  puedo porque tengo mucho  oro y plata dentro  de mi barca y no  hay lugar para ti."



Entonces  el Amor decidió pedirle  al Orgullo que estaba  pasando en una magnífica  barca, 
“Orgullo te ruego, ¿puedes llevarme contigo?”
"No  puedo llevarte, Amor..."  respondió  el Orgullo:  “aqui  todo es  perfecto, podrías aruinar  mi barca”. 


Entonces  el Amor dijo a  la Tristeza que se  estaba acercando: 
"Tristeza  te lo pido, déjame  ir contigo."

"Oh  Amor" respondió la  Tristeza, “estoy tan  triste que necesito  estar sola”.  


Luego  el Buen Humor pasó  frente al Amor; pero  estaba tan contento  que no sintió que  lo estaban llamando. 


De repente una voz dijo:
"Ven  Amor, te llevo conmigo“
Era  un viejo el que  lo había llamado.

El Amor se sintió  tan contento y lleno  de gozo que se  olvidó de preguntar  el nombre al viejo. 



Cuando  llegó a tierra firme,  el viejo se fue.




El  Amor se dió cuenta  de cuanto le debía  y le preguntó al  Saber: 
“Saber, ¿puedes decirme quién me ayudó?”



“Ha sido el Tiempo” respondió el Saber.



“¿El Tiempo?" se preguntó el Amor,
“¿Por qué será que el Tiempo me ha ayudado?”.


El  Saber lleno de sabiduría  respondió: 

"Porque  solo el Tiempo es capaz de comprender cuan importante es el  Amor en la vida".  


Jorge Bucay

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